Posteado por Unknown | Posteado en Recomendaciones | Posted on miércoles, febrero 17, 2010
Hoy queremos empezar una nueva sección, recomendaciones de sitios que nos han gustado de aquí y de allá, por una cosa o por otra, aunque por lo general: por la comida.
En 2008 estuvimos en Tokio, y fuimos a cenar al restaurante Ninja Akasaka, con nuestros amigos Javi y Mila. Habíamos visto información por internet pero nos sorprendió muy gratamente y os recomendamos no dejar de ir, si visitais Tokio.
Aviso, es un pelin caro, pero creemos que vale la pena ir al menos una vez, es toda una experiencia. Los platos son bastante espectaculares en cuanto a la presentación y no solo por su buena pinta, sino que los camareros los sirven haciendo valer sus habilidades "ninja!". Casi al final de la cena incluso tuvimos una actuación privada de un mago/humorista llamado "Ghettou" (o eso recordamos), que nos lo hizo pasar muy bien y eso que el pobre casi no hablaba inglés.
El restaurante está en el barrio de Akasaka, cerca de un centro comercial y de la parada de metro, es muy sencillo llegar, además está en una avenida por lo que no hay que perderse entre calles para encontrarlo. Nosotros preferimos reservar mesa para no tener sorpresa, les pedimos el favor al personal de nuestro hotel, y esa misma noche nos presentamos allí.
Al llegar al restaurante te quedas un poco frio porque está bastante oscuro y no se ven mesas ni nada por el estilo, sólo una pequeña recepción donde atienden a los comensales. Hablamos con la encargada y acto seguido llamó a uno de los camareros que nos acompañaría a la mesa, cual fué nuestra sorpresa al ver que el supuesto camarero era un ninja que salió por una trampilla desde el techo pegando un salto. Nos condujo a través de una puerta secreta en la pared y fuimos pasando por pasadizos mientras nos contaba una historia sobre los poblados ninja ocultos, incluso pasamos a través de un rio por encima de un puente que también salía de la pared, el paseito fué muy divertido hasta llegar a un "poblado ninja" en el que, en realidad las casitas eran todo reservados. El nuestro tenía pinta de casa de piedra y curiosamente nos encontramos con que la pared estaba firmada por Ferrán Adriá.
Es un restaurante de menú, no se puede comer a la carta, pero suelen tener varias degustaciones que oscilan entre los ¥5,555 hasta los ¥20,000, es decir desde unos 37€ más o menos hasta unos 140€, dependiendo del cambio. Nosotros probamos 2 menús, de precio intermedio.
Pasamos a poner fotos de los platos y una pequeña descripción:
Sushi y Shasimi.
No os puedo dejar detalle de los postres puesto que no lo recuerdo. No nos llamaron excesivamente la atención. Aún con la pinta tan espectacular, no eran demasiado buenos.
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