Esta crema está deliciosa. La aprendí junto a mi madre y mi amiga Mila en un curso de cocina que hicimos hace tiempo. Mi madre la ha adaptado para que no nos engorde demasiado y la prepara casi todas las semanas.

Ingredientes:

- 1 calabaza.

- 2 puerros.

- 2 cebollas.

- Aceite pimienta y sal.

- Lonchas de jamón serrano para decorar.

- Nata líquida, o leche, o quesitos Caserio normales o bien, quesitos Caserio light. Puedes elegir cualquiera de estas opciones. Personalmente me gusta más con nata líquida, pero si le pones quesitos light puede formar parte de un menú de dieta, siempre y cuando no te pases con el aceite de rehogar.

A continuación, pela, trocea la calabaza y añádela a la mezcla anterior. Cúbre de agua y deja cociendo a fuego lento durante unos 15 o 20 minutos. Para saber si está listo, pincha los trozos de la calabaza con un cuchillo, y si está blandita, ya lo puedes retirar del fuego.

Seguidamente, escurre el agua y mete todo en la Thermomix, o en una batidora convencional. Tritúralo todo junto con 8 quesitos. Si prefieres ponerle nata o leche, ves probando la cantidad hasta que consigas la textura que te apetezca. A mi me gusta que quedé como puré, pero si le añades más líquido lo puedes dejar con textura de sopa y un sabor más suave. Por último rectifica de sal y pimienta a tu gusto.

Finalmente, si te apetece decorarlo con unos crujientes de jamón serrano, tan sólo tienes que poner las lonchas de jamón entre dos láminas de papel vegetal, y meterlo en el horno precalentado a 180 grados durante aproximadamente 15 minutos. Sabrás que está listo cuando el jamón se quede completamente rígido y lo puedas "plantar" en la crema.

He comprobado que en Mercadona venden las calabazas partidas por la mitad. De esa forma son mucho más fáciles de pelar y trocear. Si decidís probar con media calabaza, tenéis que utilizar 1 puerro, 1 cebolla y 4 quesitos.